Fabula China.
Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones.
Una vez libres, volvieron a verse años después.
Uno de ellos preguntó al otro:
-¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
-No, gracias a Dios ya lo olvidé todo
-contestó-. ¿y tú?
-Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas -respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo:
-Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.
-Hay muchos sentimientos irracionales que no podemos evitar. Cuando estos son negativos, nos corroen por dentro inútilmente.
Hasta llegamos a enfermar por ellos.
Por eso cuanto más aparcados, los dejemos, mucho mejor.
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