Una vez más vemos esas imágenes en televisión en que los niños son arrastrados a la fuerza y contra su voluntad, por unos padres, que dicen querer a sus hijos.
¿De verdad?. Como se puede hacer una cosa así a un niño.
¿Cuando nos vamos a dar cuenta? Ellos, no son moneda de cambio.
Somos tan egoístas que nos olvidamos de ser padres, si es que alguna vez lo hemos sentido de verdad. Incapaces de ver lo mejor para ellos y solo pensando en lo que nosotros queremos o nos viene bien.
Nunca podemos decir quien tiene razón, porque nosotros sentados en el sofá viendo esas imágenes, no sabemos que ocurre dentro de esa familia, pero desde luego si sabemos que esa no es la mejor forma de actuar, por lo menos no para esos niños.
Si ya es dramática la separación de unos padres para ellos, estos la convierten en algo verdaderamente trágico.
Esos pequeños inocentes no han cometido ningún delito y los condenamos en contra de su decisión y sin escucharles.
¿De verdad?. Como se puede hacer una cosa así a un niño.
¿Cuando nos vamos a dar cuenta? Ellos, no son moneda de cambio.
Somos tan egoístas que nos olvidamos de ser padres, si es que alguna vez lo hemos sentido de verdad. Incapaces de ver lo mejor para ellos y solo pensando en lo que nosotros queremos o nos viene bien.
Nunca podemos decir quien tiene razón, porque nosotros sentados en el sofá viendo esas imágenes, no sabemos que ocurre dentro de esa familia, pero desde luego si sabemos que esa no es la mejor forma de actuar, por lo menos no para esos niños.
Si ya es dramática la separación de unos padres para ellos, estos la convierten en algo verdaderamente trágico.
Esos pequeños inocentes no han cometido ningún delito y los condenamos en contra de su decisión y sin escucharles.
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